José Luis Herrero

La siguiente memoria fue elaborada por Rosario Quiroga (Lula), esposa de José Luis Herrero.

José Luis Herrero nació el 3 de marzo de 1948. Inmejorable compañero, mejor padre y comprometido militante, desaparecido el 9 de marzo de 1976 en Mendoza.

José Luis provenía de una familia descendiente de inmigrantes españoles. Su papá, José Herrero, era chofer de camión y su mamá, María Concepción Recio Segovia (Conce), era ama de casa.

José Luis estudió en la Escuela de Comercio General San Martín, graduándose de Perito Mercantil. Luego, sin el consentimiento de sus padres, ingresó a la Universidad Católica de Cuyo a la carrera de Contador. En la universidad participó del movimiento estudiantil que se había creado en 1966 (Movimiento de Estudiantes de la Universidad Católica de Cuyo-MEUCU), sin ser uno de los militantes más visibles. No llegó a graduarse de contador a pesar de que le faltaban muy pocas materias, sus padres lo lamentaron.

José Luis era sumamente lector, su libro de cabecera era el Capital. Tenía una sólida formación marxista y era peronista por tradición familiar.

Nos conocimos por ser militantes, teníamos varios amigos en común que hacían de “celestina”. Nos acercamos más en un campamento de formación política en Zonda, en diciembre de 1970. Ese mismo año ingresé a la Universidad Provincial de San Juan a estudiar Sociología.

José Luis era tímido, no sabía bailar y sentía difícil una relación amorosa conmigo porque en ese sentido yo era lo contrario. Sin embargo, a mí me atrajo su forma de ser, tranquilo y honesto, su intelecto, su capacidad de síntesis y desenvoltura para los temas políticos que tanto nos interesaba en aquellos momentos.

Nuestros orígenes eran diferentes, yo venía de una familia de intelectuales y profesionales, además de tener una militancia cristiana sumamente comprometida. Nos unía el amor por los pobres, el peronismo, la música folclórica y el compromiso por cambiar a un mundo mejor y lograr personalmente el Hombre Nuevo.

Luego de un corto noviazgo, decidimos casarnos en 1971. Por el civil el 24 de junio y por la Iglesia el 17 de julio. Para entonces, José Luis trabajaba en Rentas de la provincia. En un sorteo del Banco Hipotecario obtuvimos nuestra vivienda en el Barrio San Ricardo, en Rawson, donde nos mudamos poco después de casarnos.

El 18 de agosto de 1972, nació nuestra hija María Paula y junto a ella escuché por radio la masacre de Trelew. José Luis y yo ya pertenecíamos a la organización Montoneros y militábamos en los barrios.  Unos días después de las elecciones Perón-Perón, el 29 de septiembre de 1973 nació nuestra segunda hija, María Elvira.

El 27 de noviembre de 1974 nació nuestra tercera hija, María Virginia. Durante ese año se radicalizaron los enfrentamientos con Perón y pasamos de ser la juventud maravillosa a los imberbes que gritan.

Muere Perón. A partir de entonces tuvimos conocimiento de desapariciones de compañeros y Montoneros pasa a la clandestinidad. Debimos dejar nuestros trabajos y mudarnos de casa, las fuerzas conjuntas allanaron nuestro hogar y nos buscaron en la Dirección General de Rentas a José Luis, y en la Biblioteca de la Universidad Nacional de San Juan, donde yo trabajaba, a mí. El apoyo solidario de compañeros de trabajo y amigos nos permite continuar sobreviviendo en San Juan.

En el invierno de 1975 nevó en San Juan. Fuimos con las niñas a Albardón, La Laja, y allí hicimos un muñequito de nieve. Ellas estuvieron felices, nosotros también. A fines de ese año entregamos a Paula y Elvira a sus abuelos paternos y nosotros con Virginia dormíamos en hoteles de cita, hasta que pudimos mudarnos a otra vivienda. José Luis era muy compañero en todos los sentidos y el cuidado de las niñas era entre los dos. Me quedó una nota escrita por él.

Mientras fue posible todos los sábados íbamos a casa de Conce y José, allí veíamos al tío Rafael, que tenía un puesto en la feria y llevaba mercadería. También veíamos a la abuela María cuya memoria ya estaba muy deteriorada. Se preparaba asado, pan casero y semitas que Conce hacia deliciosas. Siempre el primer plato era sopa. Una tarde por semana llevábamos a las niñas para que los abuelos las disfrutaran. Los domingos íbamos a la casa de mis padres, Dalmiro Quiroga e Irma Souza de Quiroga (Mimi), allí nos veíamos con varios de mis hermanos.

En febrero de 1976 nos fuimos de vacaciones a San Luis con nuestras tres hijas, para ese momento tenían 3, 2 y 1 año. Estuvimos en el embalse La Florida en campamento, María Elvira sufrió un accidente dentro del auto que era una Renoleta, Renault 4, se hizo un corte en la frente donde le colocaron 5 puntos.

Regresamos por Mendoza, donde tuvimos que recoger a una compañera, Clarita, que había logrado escapar con sus dos hijos en brazos de las fuerzas conjuntas. Nos fuimos todos juntos para San Juan, cinco niños y tres adultos, pasamos controles y “pinzas”.

Pronto entendimos que debíamos irnos de San Juan, por eso José Luis se fue a Mendoza, a buscar vivienda y trabajo para nuestra familia, siempre en contacto con la organización. Esto fue en marzo de 1976. Pedimos permiso sin goce de sueldo en nuestros trabajos y nos fuimos. De allí en más, a pesar de todas las diligencias que hicimos, no logramos conocer el destino de José Luis. Desde ese momento permanece desaparecido. Tenía 28 años.

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La corrección de los textos, como la selección de fotos fue un trabajo elaborado por Lía A. Borcosque y Gino Blarasín para el Programa de “Memorias Locales” de la Facultad de Ciencias Sociales – UNS -.